𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥𝗪𝗔𝗥: Torres y monstruos del averno.

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Yo soy un tipo bastante sencillo. Me encantan los jueguitos de defensa de torres y cualquier juego donde pueda luchar contra toda clase de engendros demoniácos. Y con OTHERWAR puedo hacer ambas al mismo tiempo. Esta es de mis cosas favoritas que pasan con los juegos indies: mezclan géneros y siempre resultan en experiencias interesantes. En OTHERWAR eres un ángel escogido por Dios para defender el paraíso de los demonios que intentan invadirlo. Por momentos el juego se sentía como un bullet hell mezclado con un pixel tower defense y esos son, sin duda, sus mejores momentos.

Las bases de la defensa de torres están presentes en el juego: colocas tus edificios, bases o torres (duh) y cada uno de ellos tiene sus propios efectos. Hay de daño de área con distancia cortas, hay de daño a larga distancia que es rápido pero con poco daño, hay de daño severo a distancia media pero con cadencia más lenta, en fin los elementos clásicos que hacen a un tower defense tan entretenido. A esos mismos elementos se les suman algunas características que convierten el juego en una experiencia enviciante.

Primero, tu personaje toma un papel activo en la batalla. Lo que quiere decir que colocar las torres en lugares estratégicos no es tu única tarea, sino además puedes tomar acción en el contraataque por cuenta propia. Tu ángel dispara bolas de energía que en un principio no parecen hacer mucho daño pero conforme avanzas en los niveles, entenderás lo esenciales que se vuelven. Tienes la opción para construir, mejorar y remover tus torres en caso de que cometas errores.

No es imposible cag*rla en este juego pero si te pasa factura. Lo que me lleva al segundo punto, la dificultad:

Eres cruel pero justo.

Se sabe que los juegos de defensa de torres son estratégicos, pero hasta un niño puede jugar Plantas vs Zombies, y ese no es el caso de OTHERWAR. Aquí, los enemigos son duros de roer, llegan por oleadas y no atacan a las torres, te atacan a ti. Así como tu personaje dispara, a ti también te disparan y tu pantalla, si no cuidas la cantidad de enemigos que aparecen, se convertirá en un infierno de balas antes de que te des cuenta.

Las monedas utilizadas para mejorar y poner torres son escasas. Priorizar posiciones estratégicas y calcular el alcance de cada torre es necesario. Puedes desbloquear hasta 10 diferentes tipos de torres pero solo puedes llevar 5 a cada encuentro. Lo cual te obligará a priorizar tu método de juego. Y lo más seguro es que fracases. Si un monstruo alcanza tu base principal, te restan un corazón. Tu personaje tiene una barra de vida, la cual varía según la dificultad y si te golpean lo suficiente, pierdes un corazón. Si pierdes tus corazones es un GAME OVER.

En la dificultad media el juego es duro. En la dificultad fácil el juego es justo. Terminé el juego en ambas dificultades, pues tiene niveles muy escasos, pero en difícil, el asunto se pone casi imposible. Ahí entran las ya conocidas mecánicas de Rogue Like. Cada enemigo te da un punto de experiencia y con estos puntos, puedes mejorar a tu ángel. Subes de nivel el daño y la velocidad de tus disparos, también una habilidad única que puedes cambiar por tres efectos y además la cantidad de oro que tus torres productoras generan.

Antes de que te des cuenta, luchar se hace más fácil. Pero lo logras solo con tu experiencia, peleando, muriendo y volviendo a intentar una y otra vez. Yo logré mejorar mi ángel al 100%, probé con todos los tipos de torres y aún así conseguir el puntaje de 3 estrellas en cada nivel me resultó extremadamente complicado. Ya que cada nivel tiene 3 desafíos y un medidor de tiempo. En dificultad fácil, conseguir estrellas y completar desafíos es tedioso, en medio es difícil y en difícil tienes que pedirle a dios que te ayude porque yo no pude ni terminar los malditos niveles.

Escribir esta reseña fue complicado. Para mi, que me encantan los juegos hardcore y me gusta estar muriendo a cada rato, resultó más emocionante que frustrante pero entiendo que podría no ser la mejor experiencia para todos. Yo no tardé demasiado en aprenderle sus mañitas al juego (pues como dije, es corto). Aunque tengo que confesar que dije que lo iba a jugar solo un ratito pero pasé 9 p*nches horas grindeando como un salvaje pues me pareció justo y necesario para poder escribir esta reseña.

No pude evitar tomarle el gusto, los tower defense siempre me recuerdan a los jueguitos flash de internet y el género de por si me atrae. Pero este, con solamente 9 niveles, me dejó clavado.

Por si fuera poco, pero no menos importante: la estética y las gráficas del juego son muy satisfactorias, pero pues a mí me encanta todo lo que es del diablo. La música y el apartado de sonido son ambientales principalmente, no hay demasiado que rascar ahí, pero lo suficiente para que juegues y juegues a gusto. Por mi parte, definitivamente pienso seguir jugándolo.

Si eres como yo, un masoquista que disfruta los juegos indies o de estrategia y no te molesta reiniciar niveles por tonto, definitivamente te lo recomiendo. Eso si, el juego peca de ser corto, además aún no tiene traducción en español y al principio no te mete ni un tutorial, tienes que estar adivinando qué y cómo hacerlo. De hecho, yo terminé el juego en fácil antes de percatarme que era posible quitar y recolocar torres. Lo cual hubiera sido muy útil. Hubiera muerto menos. Pero al final lo disfruté igual. Un montón.

Perdón por la reseña larga. Este es uno de esos jueguitos que si necesitaba de mucha atención.

7/10, vale la pena.


El Rubensan

Vago por profesión, reseñista por afición, jugando desde que nací y desde entonces soy pésimo. Me encanta escribir sobre videojuegos y sobre todo lo que me hace un teto.
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