PAYDAY 3: Una balada de policías, payasos y fans decepcionados.

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Los videojuegos modernos tienen una vida más corta. Los nombres, las entregas y las industrias ya no son tan intocables. En vez de un grupo selecto de críticos con el control de los medios y los reseñistas, los juegos contemporáneos son víctimas de fenómenos propios de nuestra época: el hype y la ira de los fans. Esta es mi reseña de Payday 3 y les juro que esa introducción tiene mucho que ver.

Hay juegos de los que se espera una octava maravilla y en su lanzamiento las expectativas no se cumplen. Principalmente porque para ese punto las expectativas ya son incumplibles.

Y hay juegos que cometen el octavo pecado capital de hacer enojar a sus fans, ocasionando el odio que desemboca en todo tipo de contra medidas. Desde el review bombing hasta el acoso constante a creadores y creativos, hasta los actores corren riesgo.

El hype no siempre conlleva al odio y el odio no siempre es causa del hype. El odio de los fans lo desatan cosas pequeñitas, como el uso de lenguaje inclusivo en Spiderman 2 o algunas más grandes, como el final de The Last of Us 2. Sea como sea, es implacable y destructivo.

La supervivencia de un juego en el mercado depende de montones de factores. Pero el hype y el hate, pueden derribar gigantes y quitarle todo el foco a los logros y aciertos que una entrega hace.

En un desafortunado giro de eventos, Payday 3 sufrió de ambos por igual.

Si no está roto, no lo compongas.

Reinventarse con cada entrega no es un requisito. Quiero decir, si, hay una década entre estreno y predecesor, pero eso no significa que un cambio sea necesario.

Lo que si se sabía, era que Payday 2 si que reinventó la rueda. En su momento, la sensación de shooter cooperativo con la temática de heists o atracos parecía tan único y dinámico que la manera en la que se experimentaban los multijugadores de disparos nunca volvió a ser la misma.

Esa sensación casi fílmica que se producía cuando un puñado de amigos se tomaban sus roles en serio y planeaban a la perfección una entrada y salida limpia y un implacable asalto era inigualable.

Aunque cuando las cosas se iban al car*jo el gusto que daba era idéntico: los tiros volaban, la desesperación entraba y como si fueras uno de los Perros de la Reserva, salías pitando de ahí como un loco en un frenesí violento.

En fin, Payday 2 fue divertidísimo y aún antes de la nueva entrega, el juego aún aparecía en las listas de los mejores juegos cooperativos actuales. 10 años después de su salida, una maldita locura.

El tiempo no perdona.

De 2013 a la fecha de hoy han pasado un montonal de cosas. Unas cuantas guerras, unos presidentes locos, una maldita pandemia y una sobre-explotación de la industria del gaming. Enormes títulos, caídas de compañías, streamers, cajas de loot, torneos, películas, remakes, en fin, la transformación de un mercado en un titán.

Más importantemente todavía, hubieron juegos buenísimos. Unos que rompieron el molde, que evolucionaron la manera en la que nos entretenemos, que hicieron culto y escuela tras de su nombre. Y al dejar su marca, elevaron todo lo que esperábamos de ellos.

Y el problema principal de Payday 3, es que no es muy diferente de Payday 2.

Le acepto que introdujo el concepto a la nueva generación. El apartado gráfico, el diseño y el sonido me figuran excelentes. El juego muy roto tampoco está, que puede parecer una estupidez siquiera mencionarlo, pero si lo comparásemos con otro juego del mismo género que también salió este año como lo es Redfall entenderían que “roto no” ya se volvió un requisito.

A nivel de jugabilidad, el juego es idéntico a su predecesor. Y el sistema de progresión, que en este caso son el dinero y la experiencia, se siente ligeramente grindeable. Hay que repetir y rascar una y otra vez.

Con solo 8 niveles en su lanzamiento, terminar el juego es pan comido y pronto estarás reiniciando y repitiendo y viviendo cada posible escenario y tomando diferentes roles.

Si soy sincero, aquello suena interesante pero aplica únicamente si juegas en línea ya que jugar en single-player asegura que tendrás que hacerte cargo de todo, todo el tiempo. Y confiar la experiencia de tu juego en otros jugadores randoms es un poco. . . Complicado.

Depender de otros para lograr tu avance es difícil. Suficiente tengo ya con Overwatch o con League of Legends como para venir a depender de algún jugador casual (o un p*nche manco) cuando estoy intentando hacer el robo perfecto.

De alguna manera, no hay nada malo con el juego. De hecho el sigilo está bastante pulido y la fórmula sigue ahí. Decir que el juego no mejoró o no cambio en lo absoluto, sería una mentira. Pero, qué caso tenía hacer Payday 3 si la vigencia del juego anterior persevera y hay una sensación que no se me va.

Este juego está incompleto o qué.

Payday 2 no se construyó en un día. Los estándares de su época permitieron un lanzamiento regularmente bueno y la adición de niveles y contenido lo hicieron legendario. Una parte de mi siente que esta tercera entrega sufrió del mal de todos los juegos recientes.

El clásico: “lo sacamos y después ahí vemos”.

8 niveles, aunque tuvieran 30 dificultades distintas, seguirían siendo solo 8 niveles. Estoy seguro de que le van a añadir más. Más de todo. Armas, personajes, artículos estéticos y posiblemente hasta modos de juego.

Pero yo, para variar, estoy harto de juegos que dependen de su contenido descargable adicional para ser buenos.

Se suponía que parchar juegos después de su salida era para reparar los errores que se colaban, no para basar una industria de juegos que salen a medias con el pretexto de mejorarlos dos años después de su lanzamiento.

Ese, mis amigos, es el verdadero pecado del Payday 3.

En su lanzamiento se encuentra su punto débil. Porque cuando se anunció esperaban que fuera más grande que su precuela, aunque ésta una tuviera 10 años de experiencia adelantada y se haya sabido mantener vigente en una industria donde poquitas entregas pueden hacerlo.

El hype no se hizo esperar y el hate llegó, implacable e intolerante. Cuando tienes expectativas así de altas y entregas tan poco, bueno, el latigazo es inevitable. Y hasta un poquito merecido, ¿no?

Everything is good, except the parts that aren’t.

Me atrevo a decir que el juego es bueno aunque repetitivo. Su mal paso fue construir una monstruosidad que su fanbase elevó a bases de sus propias expectativas y experiencias, y luego no poder aterrizar su siguiente título con el mismo éxito.

Malo, malo no es. Y no se merece el review bombing que algunos id*otas están haciéndole. Pero al mismo tiempo, sería hipócrita de mi parte no decir que lo correcto es exigirle a una industria en constante crecimiento que dejen de tirarnos la misma basura una y otra vez.

No necesitamos que Payday sea como Assassin’s Creed, esos al menos salen cada año, no cada diez. Y ni hablar de pedirle a los desarrolladores que hagan algo único o diferente, porque eso no es opcional, es nuestro deber.

Lamentablemente, ahora queda esperar. Porque aparentemente ahora no sabremos si un juego es bueno en su salida. Ahora hay que esperar, hasta que suban la versión 5.6.7.8 de la tercera actualización. Y mientras tanto podemos volver al Payday 2.


El Rubensan

Vago por profesión, reseñista por afición, jugando desde que nací y desde entonces soy pésimo. Me encanta escribir sobre videojuegos y sobre todo lo que me hace un teto.
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